Los niños y el duelo.

Los niños sienten su pérdida, por eso es importante respetar el deseo que ellos expresen sobre su participación o no en los rituales funerarios.

Pregunta: Hace unas semanas falleció mi mamá. Mi hija de seis años que era muy apegada a ella, me ha demostrado que no está manejando esto de la forma que yo esperaba, con decirle que cuando le dije que fuera al entierro me dijo que no, y cuando me pongo a llorar se tapa los ojos. ¿Esto es normal? También anoche cuando rezamos y yo mencioné a mami, me dijo que ella era mala porque nos abandonó.

Respuesta: Cada ser humano vive la pérdida de una forma única y cada quien expresará su dolor de manera diferente; esto no significa que no le duela la partida de ese ser querido.

Los niños sienten su pérdida, por eso es importante respetar el deseo que ellos expresen sobre su participación o no en los rituales funerarios. Claro, en muchos casos, los padres lo evitan pero debemos alentarlos a que asistan porque de esta manera evitamos dudas o fantasías.

Es bueno que en este momento pases tiempo con ella, déjale saber que llorar está bien y que es parte de tu tristeza. Es importante que la escuches, que le permitas dormir cerca de ti si te lo pide, también permítele tiempos a solas, pero siempre debes darle seguridad de que ustedes (la familia) estarán cerca para lo que ella necesite.

Luego de una pérdida como la que acabas de vivir, se tiende a perder las rutinas y es importante retomarlas con la niña, sobre todo las relacionadas con su aseo, horas de comida, juegos, momento de dormir, tratando de mantener las reglas y los horarios que siempre han estado establecidos. Hay niños que ante el duelo presentan síntomas como la apatía e insensibilidad, y esto es parte del proceso, pues es una forma de negar la realidad de que no volverá a ver a su abuelita. También, puede sentir enojo porque piensan que “me dejó y ya no estará más conmigo”.

Otros presentan ansiedad, pérdida del apetito, irritación excesiva, falta de interés por las cosas que antes le llamaban la atención, dolores de cabeza, miedo a la muerte, entre otros. Por eso, es importante que converses con ella, recordar las cosas vividas con abuela, y permitirle expresar lo que siente.

Hay actividades como el dibujo y los cuentos que son excelentes herramientas para que los niños puedan drenar sus emociones y desahogarse.

Fuente: www.diariolibre.com/estilos/blogs/vida-y-familia/los-ninos-y-el-duelo-OI13285649

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