En esta conversación, el Dr. Enric Benito y Rafael Redondo nos regalan una reflexión profunda sobre lo que significa realmente la vulnerabilidad y la trascendencia en el final de la vida. No se trata de resolver, ni de empujar, ni de aconsejar; se trata de estar presentes. De conectar con uno mismo para poder estar al lado del otro sin miedo, con ternura, paz y confianza.

Acompañar es reconocer al otro, validarlo, quererle sin juicio. Y eso solo es posible si quien acompaña ha hecho primero ese camino hacia dentro. Porque nadie puede dar lo que no tiene. Como dice el Dr. Benito: “Si alguien tiene miedo a la muerte, mejor que no entre en la habitación cuando haya una agonía.”

En un equipo de cuidados paliativos, cuando médico, enfermera y psicólogo se centran juntos en crear un clima de presencia y acogida, puede suceder algo transformador. La persona que sufre —aunque su mente ya no pueda sostenerse— puede conectar con lo más profundo de sí, con esa luz, esa paz que sigue viva dentro.

Y entonces, como recuerda Rafael, ocurre el milagro: una mano que se ofrece, una presencia que no juzga, y el otro, por fin, puede soltar.
“Estas manos, humildemente, en estos momentos son extensión de las manos de Dios.”

Un testimonio poderoso para todos los que acompañan… y para quienes creen que siempre hay lugar para la plenitud, la vulnerabilidad y la trascendencia en el final de la vida, ¡dale al play y escúchalo! ▶️

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